Más allá de la realidad
~Tu mirada cambiaría el mundo, si no tuvieses los ojos cerrados ._.~
5/01/2011
Porque sí
2/24/2011
10/23/2010
Idiota con todas las letras...
Idiota, que finges estar bien cuando de verdad no lo estás, cuando no aguantas más.
Idiota, que se te rayan los ojos y no lo admites, porque es una realidad que no te puede ocurrir a ti, en tu vida ''casi'' perfecta.
Idiota, que sonríes para no soltar una lágrima, porque quieres ser fuerte, y no lo eres, nunca lo has sido.
Idiota, que te echas atrás porque sabes que todo puede salir mal si haces algo que no le guste.
Idiota, por hacer que no te importa, e intentar creerlo aunque lo único que consigues es hacerte más daño.
Idiota, por dejarlo todo para estar con él, y que él no haga nada cuando está contigo.
Idiota, por pensar que todo iba a salir bien, cuando para él eres una mierda.
Idiota, por saber que era difícil, y aún así querer intentarlo.
Por eso y por más soy una idiota. Una idiota por quererlo, por hacerme daño.
8/23/2010
Él.
Aquel hombre, al que observo durante unos segundos cada vez que saco a mi perro, siempre está sentado en un banco que alguien ha colocado ahí como si tratara de rellenar espacio, enfrente de una gasolinera, que tras meses de reforma, tiene hasta una pequeña tienda y un sistema de megafonía.
Ese hombre, ya mayor, andará sobre los setenta años. Siempre está allí entre las once y las doce de la mañana para comprar el periódico y sentarse indiferente en ese banco, aquel banco que únicamente ocupa él y sus pensamientos.
Jamás se quita la gorra que le cubre su pelo canoso, una gorra que no se quita, un poco desteñida por el sol que parece haberla encontrado en el fondo de algún cajón mientras buscaba un bolígrafo que pintara.
La gente muchas veces lo mira, extrañados, como si fuese una estupidez quedarse ahí, sin hacer nada productivo, como diría mi madre.
Normalmente está sentado, abstraído de todo lo demás, su desagradable alrededor...pero cuando se levanta, para estirar un poco las piernas, observa lo que le rodea, y luego se mira las manos, con tristeza y como si algo faltara en su vida. No sé ni cómo es ni qué pensará, tampoco sé si le importa a alguien, pero admiro a ese anciano, por todo lo que me ha hecho pensar, con sus insignificantes movimientos.
Hace unos días que no lo veo, me pregunto si le pasaría algo...
6/09/2010
4/02/2010
En medio de ningún sitio
Hacía frío, estaba sola, no sabía hacia dónde mirar ni que hacer. Lentamente perdía la fuerza para respirar, cada vez que mi dolor aumentaba yo me consumía en mi mente. Sabía que él no quería hacerlo, eso pensé la primera vez que me puso la mano encima. Lo había dejado pasar, no le presté atención y por ello ahora estoy aquí en medio de ningún sitio, con un puñal en el corazón.
Amor y odio, odio y amor
Si lo tienes que odiar... odialo, no te culpes. Quizá el odio se podría decir que es excesivo, pero si lo sientes así... así tendrá que ser.
Cuando quieres lo haces de corazón, pues ya que del amor al odio sólo hay un paso da el paso con todas sus consecuencias.
El amor quería al odio, porque por querer, lo quería todo. En cambio el odio odiaba al amor, por mucho que este le ofrezca su corazón. Un día el odio dejó de odiar y el amor se cansó de esperar.
Es como cuando le damos la vuelta algo que no funciona al revés.
Neutralidad absoluta...
3/25/2010
Pato-patosa ._.
No hace mucho tiempo, para ser exactos el pasado domingo, fui a un acto en el que nos dieron de comer''.(No se podía llamar comida)
Yo estaba justo delante de los refrescos, y tras ponerme una coca-cola tuve un gran pequeño accidente...
Mi bolso se deslizo por el brazo y el refresco salto hacia la camiseta blanca de mi amiga ameba, la cual puso una cara de matarme que me llego a dar miedo, seguidamente di un paso hacia atrás y choqué con los vasos de café que cayeron al suelo ruidosamente. Un niño me miro con cara de incomprensión y me dijo:
- ¿Y ahora que?
Le miré, miré el suelo y sin saber que hacer me di la vuelta. En esa vuelta que di con sumo cuidado impedí que un hombre pudiese pasar así que mi otra amiga peluda me dijo: culi, deja pasar.
A pesar de todo fue un buen día, que no olvidaré jamás. Gracias.
2/23/2010
11/11/2009
10/02/2009
Verdades que mienten, mentiras que olcultan.
Y sí, hay diferencia, ves blanco pero en realidad es gris, lo que pasa es que todo oculta ser lo que es y por mucho que lo intenta... sólo empeora.
Verdad es mentira,y viceversa. No confiar, no creer...eso no es un problema.
Sólo digo que hay que afrontar la realidad y seguir adelante,porque el pasado ya pasó, lo admitas o no.
Solo son palabras, pero para mi lo son todo. Da para reflexionar un rato, o quizá no...La verdad, no me importa si no piensas igual, solo busco la diferencia y la realidad imposible. Mensajes ocultos...r e c u e r d a l o.
5/31/2008
En aquel extraño lugar
Hace unos días, exactamente el martes, después de un día de estudio muy agotador, después de hacer todas mis tareas y lo que me habían mandado a estudiar, se me ocurrió ponerme a ver la tele un rato. Estaba cansada y me quedé dormida. Cuando me desperté estaba en una habitación inimaginable, decorada con objetos antiguos, cortinas colgantes, una mesita preciosa, unas paredes pintadas con dibujos abstractos y otras cosas sorprendentes. Yo estaba acostada en una cama inmensa y rodeada de muchos cojines, todos de distintos tamaños, cada uno de ellos me parecía aún mejor.
Al ver ese sorprendente lugar, me entró curiosidad y quise explorarlo. Cuando iba a levantar, algo me lo impedía, tenía las manos atadas con una cuerda al cabecero de la cama, intenté desatar los nudos con la boca, pero me fue imposible. En un lateral de la cama había un cuchillo muy afilado de plata con una extraña escritura en el mango. Lo cogí con los dientes y conseguí cortar la cuerda. Una vez cortada salí corriendo por el portón de madera.
Había un gran pasillo, y al final de éste unas escaleras de caracol. Con dudas, bajé por las escaleras muy lentamente, para no hacer ningún ruido, pero me fue imposible. Colgando del cuello tenía una gargantilla rodeada de cascabeles de distintos colores, me preguntaba quién me la había puesto. De repente se oyó una alarma, corrí lo más rápido que pude hasta que encontré una puerta entreabierta. Sin pensarlo me escondí en aquella habitación, no sabía que ocurría. En la habitación había un montón de personas, todos estaban intentando salir de allí. Cuando me fijé en ellos, llevaban aquel colgante en el cuello. Les pregunte qué pasaba, pero nadie contestó. A lo lejos se oía una voz que susurraba una frase, en ese momento me acordé de la inscripción del cuchillo y le pregunté al que susurraba:
-¿Tú también lo has visto?
-¿Visto el qué? –me dijo.
- El cuchillo de plata con aquella inscripción.
-Si, lo he visto…-respondió con temor.
-¿Sabes qué significa?
En ese momento el hombre salió corriendo y se perdió entre la gente. Le seguí pero al poco tiempo lo perdí de vista. Ya no sabía qué hacer, estaba confundida, así que se me ocurrió salir de la habitación. Mientras abría la puerta, miré hacia atrás y el hombre con el que estaba hablando me gritó:
-¡No!
Le hice caso y no salí, pero no podía contenerme y volví a preguntar:
-¿Sabes qué quiere decir la inscripción?
-No debes salir ahí fuera-me alarmó sin escuchar mi pregunta.
-Pero, ¿por qué?
-Están buscando al elegido.
Después de hablar durante un rato me hizo saber que el elegido era una de las personas que estaban allí dentro, y que la querían para hacer un sacrificio y entregar su corazón a la hija del rey, para curarla y que así pudiera recuperarse de su enfermedad.
Todos los que estaban en la sala habían visto el cuchillo, pero sólo podía leerlo el elegido. Esa era la forma de descubrir quién era. Los cascabeles se llevaban para que nadie escapase, ya que con su sonido se activaban las alarmas. Mi padre siempre me había dicho que todo tenía una explicación razonable, y así fue.
De repente me vino a la cabeza una serie de imágenes: el cuchillo, la inscripción y la frase “será el elegido”. Entonces me di cuenta de que yo era la elegida. No quería decir nada, pero al cabo de unas horas nos pasaron uno a uno a una pequeña sala de máquinas, nos hicieron unas pruebas y nos dejaron salir. Cuando llegó mi turno, sólo podía pensar el aquellas imágenes. Nadie me dijo nada tras hacerme las pruebas, pero cuando todos terminamos, me llamaron por unos altavoces. Yo me escondí, pero unos guardias me arrastraron hacia fuera. Ya era tarde, no podía hacer nada, había llegado mi fin, cerré los ojos y respiré profundamente, sólo quería que todo ésto acabase de una vez.
Me ataron a una silla con cuerdas, cogieron el cuchillo de plata y cuando estaban a punto de clavármelo, me desperté.
Era ya de día, estaba amaneciendo y debía ir al colegio, era una pesadilla. Podría haber sido un simple sueño, no lo fue. De camino al colegio, cuando iba en el coche, vi al hombre con el que había soñado, era él, sin duda. Quise bajarme a hablar con él pero ya llegaba tarde, así que lo dejé pasar.